- By Ignacio Rodríguez Morales
La miel es uno de esos súper alimentos que nos regala la naturaleza y que además de endulzarnos la vida posee una gran cantidad de minerales, nutrientes y enzimas. No obstante, no todas las mieles que encontramos hoy en día en el mercado nos ofrecen la misma pureza, y por tanto, tampoco las mismas propiedades. En este sentido, lo ideal es comprar una miel pura, elaborada por abejas y no por personas. Aunque obviamente, a esta miel pura pueden añadirse posteriormente otros alimentos o sustancias que lejos de empeorar las propiedades de la miel, hacen que sea aún más beneficiosa para los consumidores y que aporte un toque extra de sabor. Pero a lo que íbamos, aquí os damos algunas claves para saber cómo identificar la miel pura.
Pruebas infalibles para saber si la miel es pura
Aunque se supone que cuando compramos miel lo hacemos pensando que se trata de un producto totalmente natural y sano, en muchas ocasiones podemos comprobar que la miel del supermercado es, como podría decirse de ‘garrafón’. Además, en España consumimos mucha miel importada de países como China, a pesar de que en nuestro país contamos con grandes productores y mieles de gran calidad.
Hay que tener en cuenta que según la UE, e 30% de las mieles que provienen de China están adulteradas.
De hecho, una forma de conseguir miel pura es apostando por vendedores locales o productores de España, ya que a menudo las mieles exportadas en realidad son mieles mezcladas con siropes a granel que consiguen abaratar el precio, pero disminuir grandemente su calidad. Nosotros somos productores propios de miel de España.
Cuando la miel es artesana o producida en España, o dentro de la Unión Europea, lo pondrá en su etiqueta, ya que es sello de calidad. Por tanto, el primer paso de saber si una miel es de calidad es leer su etiqueta.
Otra forma de saber que nos encontramos ante una miel pura es que el precio de producir un kilo de miel nunca es inferior a tres o cuatro euros, por lo que el precio de la miel de calidad en el mercado siempre será mayor que aquella miel adulterada.
Un truco para saber cuándo la miel es pura, es echar una cucharada en un bol y cubrirlo con agua. Al remover esta mezcla deberán salir celdas como un pequeño panal en miniatura, o la miel se quedará como un pegote pegada a la cuchara. Si es así, nos encontraremos ante una miel pura. En cambio si la miel se disuelve fácilmente en el agua y se despega rápido de la cuchara, lo más probable es que esté adulterada.
La prueba del pulgar para conocer la pureza de la miel
Una de las cualidades de la miel pura es que es espesa y se adquiere a las superficies donde se aplica. En cambio, la miel impura suele ser más líquida. Por tanto, si colocas una pequeña cantidad de miel en tu pulgar, y compruebas que la miel se derrama por el dedo como lo haría cualquier otro líquido, lo más seguro es que la miel esté adulterada. En cambio, si la miel es pura, tardará más tiempo en gotear, ya que se adhiere más.
Lo mismo puede probarse con una servilleta de cocina. Si se echa miel pura sobre ella, ésta no se absorberá ni se moverá del sitio si se mueve o se vuelca la servilleta.
Vinagre para saber si una miel es de calidad
Otra forma de saber si una miel es o no de calidad es mezclando un poco de miel con agua y colocando en ella un chorreón de vinagre. Si se crea espuma, lo más seguro es que la miel esté adulterada.
Comprobar la cristalización de la miel
Aunque todas las mieles son líquidas, las mieles se solidifican con el tiempo. Por tanto, si compras un frasco de miel y puedes observar que está cristalizada, la miel será pura.
En otros casos, aunque la miel se compre líquida, se puede solidificar al cabo de los días, o comprobar si esto ocurre al meterla en la nevera.
Si el bote de miel nunca llega a cristalizarse, hay muchas probabilidades de que la miel sea adulterada.